Como cualquier otra ciudad, Pompeya también tenía una vida muy activa. Ciudadanos de todas las clases sociales se movían en sus actividades diarias, influenciados por una gran cantidad de culturas de los griegos y romanos, entre otros. Los esfuerzos de excavación comenzaron en el siglo XIX y sus hallazgos revelan bastante sobre la cultura y el estilo de vida de Pompeya. La vida diaria variaba entre los ricos y los pobres. Los ricos organizaban banquetes elaborados para diversas ceremonias oficiales y extraoficiales, mientras que a los esclavos se les encomendaban actividades rutinarias serviles; los ricos organizaban brutales luchas de gladiadores que duraban días, mientras que la clase media se ocupaba de diversos asuntos, desde el hambre y los disturbios hasta el arte y la escolarización.
En el año 79 d.C., Pompeya, junto con otras ciudades más pequeñas como Herculano, fue cubierta bajo cenizas y escombros debido a la erupción volcánica del Monte Vesubio. Se considera una de las erupciones volcánicas más destructivas de la historia, no sólo por la escala de las víctimas, sino por la cantidad de energía térmica que envió, más de 30 km en el aire; se considera varias veces más mortal que los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki de la Segunda Guerra Mundial. La tragedia y sus secuelas fueron ampliamente cubiertas por Plinio el Joven en una serie de cartas que escribió al historiador Tácito. El rápido ritmo al que viajaban las cenizas volcánicas, la piedra pómez y otros depósitos a través de la ciudad provocó víctimas en masa por incineración o asfixia instantáneas y el aplanamiento completo de sus estructuras.
Cuando los trabajos de excavación comenzaron durante los siglos XVIII y XIX, los historiadores se sorprendieron al encontrar la ciudad casi totalmente preservada bajo un manto de cenizas. Para evitar una excavación no sistemática y la pérdida de pruebas potencialmente importantes, todo el proceso fue cuidadosamente trazado y documentado. Los cuerpos de los fallecidos se convirtieron cuidadosamente en moldes, las antiguas casas se marcaron en la región para una identificación eficiente y se hizo un inmenso esfuerzo para preservar y restaurar las estructuras clásicas como el anfiteatro, el foro de la ciudad y las enormes villas de los ricos. Las diversas excavaciones realizadas a lo largo de los años han permitido conocer mejor la cultura local, desde la política, la economía y la religión hasta el arte, la arquitectura, las diversas ocupaciones e incluso los hábitos alimentarios.